En una apretada síntesis de los aspectos culturales de este pueblo, hacemos referencia, aunque breve, a aquellos corianos que destacaron por su actividad intelectual. La nómina no es muy amplia y mas si nos ceñimos al campo puramente literario, no incluyendo a aquellos profesionales que, como José Luis Asián Peña , centraron su labor en la publicación de textos relacionados con las disciplinas académicas a las que dedicaron o dedican su vida.
Entre los autores que han llegado a ver editada su obra y han conseguido un reconocimiento fuera de lo estrictamente local destaca el primer intelectual de este pueblo de quien tenemos noticias y, quizás, el primer coriano de nombre conocido hasta ahora. Ibn Zarqun Alqawrí Al-Isbilí. (Ibn Zarqun de Coria de Sevilla) que vivió en el siglo IX; maestro de juristas y propagador de la doctrina Maliki de Derecho Islámico contenidas en la obra <<Muwatta>> de Malik ben Anás. Casi nada sabemos de Ibn Zarqun y no nos llega ningún título de su obra, sólo que fue discípulo de Ben Yahya y de Abd al Malik ben Habib, considerado este último como maestro más notable de todas las ciencias de su época en Al Andalus.
Tras Ibn Zarqun tenemos que dar un salto de once siglos, ya que no es hasta el presente cuando encontramos autores plenamente dedicados a la literatura.
Comenzamos por ...
Andrés Martínez de León (1895-1978)
Mi biografía es bien corta, pues nunca he aspirado a premios oficiales ni me he presentado a concurso alguno ni a exposiciones que no sean absolutamente personales.
Comencé mi vida artística cara al público en los diarios: "Noticiero Sevillano", "El Sol" y "La Voz" madrileños y revistas. Después de nuestra guerra civil, hice el óleo abandonado desde el principio de mis estudios artísticos en Sevilla. Y ya está. Toda mi vida artística es y ha sido cara al público. He hecho exposiciones en Argentina, Colombia, Méjico... y en España, Madrid y Sevilla preferentemente.
Ni he sido ayudado por nadie, ni tengo más título oficial que el cariño de mis paisanos y su Ayuntamiento, poniendo mi nombre a una calle de nuestro pueblo, cosa entrañable para mí que me obliga a mejorar mi arte todos los días dentro de mis posibilidades para hacerme digno de tal distinción"
"Merecía la pena de ser torero, siquiera fuera para verse plasmado por este paisano mío, Martínez de León, un maestro que quedará para la historia del arte de la pintura" .
(Juan Belmonte)
"Nací en Coria del Río el día 5 de Abril de 1895. Toda la familia de mis padres era de allí. Luego mis hermanos, y después mis hijos, verían las primeras luces en Sevilla. No tengo casa en Coria del Río. Desde muy pequeño viví siempre en Triana, apenas tendría un año y medio. Todo mi mundo infantil se desarrolló en la Huerta de Los Remedios, que hoy es un hermoso barrio. Junto a esta huerta, estaba el convento del mismo nombre. Quizá de ahí arranquen muchas cosas de mi vida... entre otras, mi afición a la pintura, desde luego".
(ABC, 4 de febrero 1.968, reportaje de José Durán Suárez)
Vino al mundo en la marinera y coriana calle del Palomar, el día 5 de abril de 1895. Hace, pues, tan solo unos meses se han cumplido cien años de aquella importante fecha. Muy pronto, con tan solo año y medio, se trasladó con su familia a Triana, a la huerta llamada “El Agujerillo”, propiedad del Conde de Casillas de Velasco, donde su padre ocuparía el puesto de capataz.
Tal vez su vocación artística provenga de entonces, pues en un convento cercano a la huerta pudo ver el niño Andrés Martínez de León, cuadros de Gonzalo de Bilbao, Zuolaga y otros. Así, despertado el genio de artista que dormía en él, ingresa poco después, en 1909, en la Escuela de Bellas Artes, consiguiendo notables calificaciones y destacándose por la originalidad de sus dibujos.
Completada su formación, empieza a exponerse algunos de sus trabajos en el escaparate de Casa Gil, en la sevillanísima calle Sierpes, y desde ahí le llegará el encargo de Juan Carretero y Luva de Tena para que colaborara en el “Noticiero Sevillano” que dirigía. Así se inicia su dilatada labor de trabajos en periódicos diversos: El Sol, La Voz, La Esfera y Blanco y Negro (aquí junto a Ricardo martín y Hohenleiter), en los que ya empiezan a destacarse sus inimitables historietas.
Fue por entonces, hacia 1920, cuando Andrés da vida a su inmortal “Oselito”. Aparecen varios libros donde este simpático personaje, que simboliza tanto el buen saber de las gentes de Andalucía, es el personaje central. Poco después, en 1926, el Ayuntamiento de Coria del Río, le rendiría el primer reconocimiento haciendo rotular con su nombre el paseo que conduce hasta el Guadalquivir.
Desde 1931, Andrés Martínez de León, traslada su residencia a Madrid y continúa trabajando en El Sol. Pero desde Madrid Andrés vuelve cada primavera a Sevilla, expone sus obras y, sobre todo asiste a las corridas de feria. Pocos años después, en 1935, como corresponsal, viaja a la URSS, y regresando, publica su magistral "Oselito en Rusia". Meses después, se vería envuelto, en la terrible guerra civil, en la cual colaboró con las fuerzas defensoras de la República, realizando con otras grandes figuras, como Pedro Garfias o Miguel Hernández. Detenido en 1939 y condenado a treinta años, obtuvo, no obstante, la libertad en 1945.
Recuperada su libertad, comienza a colaborar con “El España”, de Tánger y es también ahora cuando de una forma más delicada emprende sus trabajos al óleo. Como temas centrales, siempre sus imágenes de los campos andaluces y de sus fiestas, especialmente la de los Toros. Merece citarse en tal sentido su libro "Los amigos del toro o la parte sana de la afición". Expone sus obras a lo largo de todos estos años en diferentes países iberoamericanos y se muestra muy plenamente consagrado.
Pero también mira hacia el fútbol y refleja a los equipos sevillanos y, muy especialmente al equipo de su Coria del Río, al Coria C.F., destacando la extraordinaria valía de su cantera, y que en reconocimiento le hizo Socio de Honor en 1965. Su pueblo, que tan presente estuvo siempre en Andrés, tomó el acuerdo de rendirle un nuevo y justo homenaje y colocar, el día 3 de mayo de 1966, un rótulo en la casa de la calle del Palomar donde naciera este coriano insigne. En aquella pared ha quedado ya, desde entonces y para siempre, su personaje, "Oselito", que recuerda a todos lo paseantes que “Aquí nació mi bato".
El día 25 de mayo de 1978, recién cumplidos 83 años, Andrés Martínez de León falleció en Madrid. Sirvan estas letras de este su viejo amigo como recuerdo a su memoria y admiración de su obra.
Doña Josefa Navarro nació en la aldea de Jabuguillo, en el municipio de Aracena (Huelva), el día 20 de julio de 1897. Terminó sus estudios de magisterio en el año 1920, y aprobó las oposiciones en 1921. Trabajó brevemente como maestra en Cartaya (Huelva) y luego en Huertas de Benamahoma, Ubrique (Cádiz). En 1926 fue nombrada para la plaza de maestra de párvulos en Coria del Río, tercera plaza de esta naturaleza que se creó en toda Andalucía.
En esta plaza estuvo Dª Josefa 40 años como titular. En ella se jubiló en el año 1966, casi con 70 de edad. Desde entonces se trasladó a vivir a su aldea natal de Jabuguillo donde falleció en el mes de julio de 2002, a punto de cumplir ciento cinco años de edad.
Desde sus comienzos, Dª Josefa empleó en la escuela las ideas y métodos de la pedagoga Italiana María Montessori, metodología revolucionaria en esos momentos, lo que le valió hasta nueve “Votos de Gracia” que le concedió la Inspección Educativa de aquella época.
Y, como premio a toda la labor social y escolar que había realizado en Coria del Río con varias generaciones de niños, niñas y personas adultas y a los méritos relevantes de su pedagogía, le fue concedida la Cruz de Alfonso X el Sabio el mismo año de su jubilación por el Sr. Ministro de Educación en persona.
Esta capacidad de entrega hizo que los naturales de Coria le reconocieran su ejemplar labor a lo largo de cuarenta años en el pueblo con la dedicatoria de una calle: "Calle maestra Josefa Navarro Zamora", también con el nombre de un centro educativo, el C.E.I.P. "Josefa Navarro", y con el nombramiento de "Hija Adoptiva de Coria del Río". Tanto reconocimiento da idea de cuanta sería su labor social y pedagógica en este pueblo en donde hay muchos vecinos y vecinas que guardan muy gratos recuerdos de su maestra de párvulos.
La Delegación Provincial de Educación y la Diputación Provincial de Huelva le rindieron un homenaje merecido en 1998. Posteriormente, el Ayuntamiento de Aracena le hizo un nuevo homenaje y le dedicó una calle en Jabuguillo: "Calle Dª Josefa Navarro". Asimismo fue entrevistada por periodistas para varios programas de radio y de la televisión autonómica, e igualmente una entrevista suya fue publicada en la revista “Andalucía Educativa”, nº 2.
“Doña Josefa”, como era conocida en las aldeas de Aracena, falleció el día 8 de julio de 2002 a punto de cumplir los ciento cinco años de una vida completamente llena de experiencias vitales.
Fuente: Web del Tercer Ciclo de Primaría del C.E.I.P JOSEFA NAVARRO ZAMORA
Entre los autores que han llegado a ver editada su obra y han conseguido un reconocimiento fuera de lo estrictamente local destaca el primer intelectual de este pueblo de quien tenemos noticias y, quizás, el primer coriano de nombre conocido hasta ahora. Ibn Zarqun Alqawrí Al-Isbilí. (Ibn Zarqun de Coria de Sevilla) que vivió en el siglo IX; maestro de juristas y propagador de la doctrina Maliki de Derecho Islámico contenidas en la obra <<Muwatta>> de Malik ben Anás. Casi nada sabemos de Ibn Zarqun y no nos llega ningún título de su obra, sólo que fue discípulo de Ben Yahya y de Abd al Malik ben Habib, considerado este último como maestro más notable de todas las ciencias de su época en Al Andalus.
Artículo de D. Daniel Pineda Novo
Juan Rodríguez Mateo, nació el 31 de Diciembre de 1888 bajo el honrado techo de una casita aldeana de un pueblo blanco, por la cal de sus casas, recostado en la ribera del Guadalquivir: en Coria del Río, la antigua Caura fenicia. Siete años antes Juan Ramón Jiménez había nacido en Moguer, otro poeta lírico cantor de Andalucía, al que Rodríguez Mateo siguió muy de cerca en la consecución de una poseía perfecta.
El panorama político vigente en España, en estas fechas, lo constituía la triste regencia de Doña María Cristina de Hasburgo (1885-1902).
La corriente literaria predominante en España y casi toda Europa era el ocaso del Romanticismo y el refulgente despertar del Modernismo acaudillado por el nicaragüense Rubén Darío.
No fue el poeta un niño prodigioso: solo cuando ya estaba entrado en mocedad, fue cuando el mismo, sin la ayuda de nadie, se descubrió poeta.
El sentía en su ser ese geniecillo que despierta al hombre para ser un "genio" en el campo de la Poesía.
El aprendió a componer sus versos sintiendo en su alma y en su corazón esa espontaneidad musical propia que después llevaría como nadie supo hacerlo, al ritmo del verso andaluz.
Rodríguez Mateo se inicia en la literatura como un auténtico juglar, cantor y recitador, pues en lugares públicos de Coria del Río, declamaba temas populares o bien composiciones surgidas de su pluma.
El medio familiar en que viene al mundo, su padre era un hombre dedicado a los negocios en los puertos fluviales, apartado de las más elementales sugestiones de la cultura, no permite prever una formación intelectual para quien tan bellas creaciones de la inteligencia había luego de regalarnos y así con su borriquillo iba a vender frutas a Sevilla; esto le permite calar muy hondo en el alma del pueblo y expresar sus íntimos anhelos, sus tristezas y sus alegrías, cantando al mismo tiempo el paisaje que baña el Guadalquivir...
Sin embargo en Juan Rodríguez Mateo se obra el milagro, que nos consuela y edifica. Trabaja abnegado, lucha sin encono, se esfuerza con amor y optimismo, abriéndose camino con esa virtud mágica de la simpatía cordial y confianza en Dios.
Cursa el niño sus estudios de Bachillerato, dando muestras de buen estudiante como lo acredita el diploma concedido por el Director del Instituto General y Técnico de Sevilla, que dice textualmente: "En cuanto a don Juan Rodríguez Mateo ha obtenido en la Asignatura de Geometría la calificación de Sobresaliente y tiene derecho a Matrícula de Honor".
El 27 de Septiembre de 1907, contaba nuestro poeta 20 años de edad, recibió de manos de Rector de la Universidad Literaria de Sevilla el título de Bachiller Superior.
Su primer galardón literario lo alcanzó a los 21 años en unos Juegos Florales de Constantina, bajo el seudónimo de Rodrigo de Caura, concediéndosele de premio una plama de ave, toda de plata.
Llegó la época de servir a la Patria, y nuestro poeta, como todo ciudadano capacitado para ello, entró al servicio del Rey Alfonso XIII.
En el cuartel, el conocido médico militar D. Juan Conradi, que después llegó a ser gran amigo del poeta, le aconsejó que estudiase Medicina.
Empezó el poeta el Preparatorio de la Carrera, pero su vocación no era esa; a él le gustaban las Letras, la Filosofía y, sobre todo, las Ciencias Naturales en su parte Botánica.
Finalmente, a los 22 años de edad, le fue concedido por orden del Rey Alfonso XIII y en su nombre el ministro correspondiente de Enseñanza, la suficiencia en la Escuela Normal del Magisterio de Sevilla para ejercer como maestro de Primera Enseñanza; desarrolló su carrera durante diez años en la Academia de Nuestra Señora de la Estrella, de Coria.
Abandonó el Magisterio para entrar en la carrera Administrativa, llegando a ser en 1921 secretario de Primera Categoría de la Administración Local, en donde gozó de un sólido prestigio de competencia y probidad intachable hasta 1958, en que alcanzó la jubilación.
Casó el poeta en primeras nupcias con Dª. Jacinta Quintero, mezclándose su alma de tristeza a la muerte de su esposa.
Unió a Rodríguez Mateo una fuerte y entrañable amistad con los famosos hermanos, naturales de Utrera, Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, almas de la verdadera poseía andaluza. Ellos sostenían sus charlas y reuniones en el Ateneo, en los cafés sevillanos, o en la Sociedad Económica de Amigos del País. Pero una vez, en el año 1930, la velada se celebró en Coria. Y aquí, a nuestra población, se trasladaron los admirados poetas utreranos para ver, en la calle Cervantes, donde vivía Rodríguez Mateo, el hermoso plantel de geranios rojos y de múltiples colores que cultivaba en su jardín el poeta amante de las flores. El jardín, maravilla hecha flor, era admiración de todos, especialmente por los geranios, muchos de ellos importados de Francia.
La velada transcurrió alegre y animada, sobre todo por el gracejo, la simpatía y el donaire de los concurrentes; se acompañaba la charla de unas copas de manzanilla, los cantes de la tierra y las notas quebradas de la guitarra.
Mantuvo además Rodríguez Mateo correspondencia con los más afamados poetas y literatos de la época. Digna de mención es la carta que D. Luis Montoto, insigne poeta sevillano, remitió enjuiciando su libro "Poemas del Rocío". La carta textualmente dice así:
"Sevilla, 22 de abril de 1922
Mi admirado poeta: Pídole mil perdones por no haberle acusado recibo hasta hoy de su precioso libro "Poemas del Rocío". Mis dolencias me retuvieron en cama, dejándome sin aliento para manejar la pluma.
Mas de verdad le digo que su nuevo poema del Aljarafe me ha hechizado como el primero -quizás más- es una filigrana poética por la delicadeza de los sentimientos que lo inspiran y por lo galano de su expresión. Leyéndolo, la tradicional romería se nos entra en el corazón, nos envuelve el ambiente del Santuario, aspiramos el incienso del campo y del altar, y nos deslumbra el sol que refulge en la divina faz de la Santísima Virgen.
Mi enhorabuena, que nada vale, y muchas gracias por el ejemplar con que me ha favorecido.
Es de usted, admirador y servidor humilde, q.e.s.m. -Luis Montoto.- Rubricado"
De extraordinaria importancia e interés literario es la correspondencia de Rodríguez Mateo con D. Manuel Machado. Nuestro idílico poeta envió al ilustre sevillano su libro "Plegarias a la Virgen del Rocío" publicado en 1940, para que Manuel Machado hiciese un juicio crítico sobre su obra, que la encontró perfecta; y además de ensalzarlo y alabarlo, le ruega le tenga por "amigo y sincero admirador".
La carta dice así:
"Sr. D. Juan Rodríguez Mateo -Amigo mío- Recibí su libro y lo leí encantado. Es fuerte y dulce al mismo tiempo. Viste un lenguaje jugoso y justo al par que le da una rara perfección. El que esas "Plegarias" escribe es un maestro poeta al que no hay nada que decir si no es reconocerle cordialmente.
Trato en vano de discernir cuáles de sus plegarias prefiero.
La del Peregrino, la del Penitente, la del Mendigo, la del Niño, la de la Espadaña, la del Cortijo de la Novia, la de la Golondrina, la del Jaramago, la de la Paloma Blanca!...
Y ¡todas las demás! Todas me gustan -no sin distinción- pero todas, porque en todas encuentro aciertos de expresión deliciosos...
Quisiera decir a usted algo más concreto que este elogio crepidante y tulibulario... Algo que tal vez revelase a usted.
Así no dejé de buscar lo que podía faltar, o sobrar a su libro.
No lo hallé. Perdió esta vez su latín el "Abogado del diablo" y el resultado es un nuevo pláceme; ha realizado usted la sorprendente hazaña de ser humilde y tierno ¡en décimas!.
Reciba, pues, mi enhorabuena completa y cordial y mientras me pongo a releer sus "Plegarias" y le ruego me tenga por muy amigo y sincero admirador. -Manuel Machado.- Rubricado.
Madrid y Agosto de 1941."
A finales de 1934 conoció a la joven e inteligente maestra Doña María Cano de Haro, y tras cortas relaciones, en la primavera de 1935, contrajo segundas nupcias, celebrándose el enlace matrimonial en la artística Iglesia sevillana de San Vicente. Siendo su padrino de bodas el nombrado ganadero D. José Anastasio Martín.
Doña María fue para él más que su esposa, lo fue todo: fue su inspiración...
Lo mismo que Beatriz para Dante o Zenobia para Juan Ramón Jiménez, doña María fue su musa, la que le inspira los mejores poemas de su obra.
En el libro "Las bodas del Alma" encontramos la siguiente dedicatoria: "A María: Esposa fidelísima, musa inspiradora de la más alta poesía. -Juan".
A su esposa dedicó todo su cariño un libro de intimidad escrito a mano por él mismo -que no ha sido publicado-. Evocando el dulce nombre de su esposa lo tituló "María".
Añora el poeta, como también veremos en su poesía, la ausencia de "esos hijos" que nunca tuvo, y que alegrasen su hogar.
Fue también Rodríguez Mateo, según manifestación de su esposa, gran amigo y entusiasta del poeta granadino Federico García Lorca. Hablaba de él con respeto y veneración; admiraba su poesía. Sostuvieron varias entrevistas en las aulas académicas y en sociedades literarias; entrevistas de las que el poeta aljafareño sacaría buen provecho.
La triste y aparatosa muerte del "cantor de los gitanos" afectó en lo más profundo del corazón a nuestro poeta, como él personalmente manifestaría después a su noble y amante esposa.
Una faceta interesante y para muchos desconocida en la vida del poeta fue su afición desmesurada por la arqueología. Gran amigo del insigne sevillano D. Juan Lafita, el cual durante algún tiempo fue director del Mueso Arqueológico de Sevilla, enviaba a dicho Museo restos interesantes aparecidos en Coria y pertenecientes a la época de los romanos y árabes.
Fue profesor de Lectura Artística, Recitado y Declaración en la Escuela del Magisterio de Sevilla y en la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Miembro de Honor del Instituto Argentino de Cultura Histórica y del Instituto de Artes, Ciencias y Letras de la misma nación, Miembro de Honor de "Les Viorete Picards et Normands, Asociación Artística, Literaria y Musical de París".
Miembro de Honor del mérito, FRANCO-BELGA. Miembro correspondiente de la Academia Cultural y Ciencias Humanísticas de MEXICO. Miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco. Hermano Honorario de la Cofradía de Jesús del Perdón de Murcia. Desempeñó durante largos años la presidencia de las secciones de Literatura y Pedagogía del Ateneo Hispalense.
En el Certamen Nacional consagrado al Milenario de Castilla, se premia a Rodríguez Mateo una bellísima colección de madrigales dedicados a la mujer española. Esta colección ampliada hasta el número de cuarenta y nueve composiciones -encendidos requiebros a otros tantos tipos femeninos del ámbito peninsular e insular-, se integra en el citado libro "Mujer de España", uno de los libros más ensalzados y destacados por la crítica literaria en la obra copiosa de Rodríguez Mateo.
De estas páginas inolvidables, ha tenido el ilustre poeta sevillano Rafael Laffón la oportunidad de escribir: "Este libro de madrigales es todo un jardín en mi biblioteca, y toda una florida biblioteca en mi jardín, porque es un libro en flor, y al par, de mucha aromática densidad. Mejor diría de mucha ausencia y de muchas esencias. Mujer de España, madrigales a todas las mujeres de España, nada menos, topografía poética, poesía geográfica del eros y del eterno femenino español ..."
El 16 de Junio de 1961 apareció en el "Correo de Andalucía" la siguiente rotulación: "Hoy se cantan por primera vez unas preciosas coplas de Rodríguez Mateo para el baile de los Seises". El poeta -vena popular e inspiración clásica- compuso estas coplas eucarísticas para ser bailadas ante el Santísimo Sacramento en la Catedral de Sevilla; la letra se adaptó a una maravillosa melodía del maestro García Torres, y fue interpretada por la Escolanía de la Catedral, dirigida por D. Angel Urcelay.
Las letrillas, eran unas preciosas composiciones de corte ingenuo y popular y pensamiento profundo.
De Coria marchó nuestro poeta a Sevilla, viviendo veintitrés años en la calle Otumba, trasladándose después a la calle Alvar Nuñez, donde murió.
Sanlucar de Barrameda, puede decirse que fue su segundo pueblo, ya que debido a la profesión de su padre, hombre de negocios por los puertos, él le acompañaba y visitaba casi diariamente.
El amaba Sanlucar, en sus versos la llama "la marinera y a la de las tierras altas", reflejando en ellos ese amor insobornable por la zona en que desemboca el Guadalquivir.
En un artículo publicado en "ABC", titulado "Delfines sobre el Guadalquivir" habla de Sanlucar en los siguientes términos: "Sanlucar, la apacible, con su vigilante castillo: las nacaradas salinas entre los rescos almajos"; de hombre y sus frágiles barcos a la reconquista de grandezas que le fueron"; o de "Gelves la campesina, San Juan la industrial"... Vemos cómo siempre está en su imaginación, en su ser, los pueblos ribereños, los pueblos bañados por el Guadalquivir.
Al ser nombrado Hijo Predilecto de Coria del Río, el Ayuntamiento de esta Villa, colocó una lápida en su honor en la casa número 14 de la calle Colón, donde naciera. La cual reza así:
"En esta casa nació; el laureado poeta Juan Rodríguez Mateo el cual, para horrra de su pueblo natal fue nombrado ACADÉMICO NUMERARIO de la REAL SEVILLANA DE BUENAS LETRAS y quedó; en posesión de cargos el día 17 de febrero de 1946" |
En 1959, el laureado poeta sevillano Manuel Mantero, Premio Nacional de Literatura, compuso una acertada selección de las obras de Rodríguez Mateo, con carácter definiitvo, bajo el título de "Espigas".
Amante de la zona del Guadalquivir y de las Marismas, la conocía como nadie; todo esto era su vida. Su corazón era tierno... su espíritu el de un niño...Su pueblo natal, poníalo por encima de todo. ¡Cuantas veces había dicho: "En este pedazo de tierra de la ribera nací, y aquí quisiera morir!".
No fue así, pues, murió en Sevilla el 17 de Diciembre de 1962, pero sus restos descansan en el cementerio de Coria del Río, el pueblo que le vio nacer, en un lapídeo panteón y sobre el que yace este noble epitafio nacido de la cálida pluma de Rafael Laffón
No otro mejor archivo a tu memoria |
D. Juan Rodríguez Mateo deja inédito un importante volumen de ensayos sobre el cante jondo; en él colaboraron las mejores figuras del cante grande, muchas de ellas desconocidas, y donde se demuestran sus múltiples conocimientos de una forma poco corriente entre los autores de esta materia.
Rodríguez Mateo es a expresión de Rafael Laffón: "Hombre sencillo y generoso, leal compañero, ameno conversador -lleno de gracejo finísimo de la tierra- curioso folklorista, espectador atento y benévolo de la vida, que sabe mirar con ojos perspicaces y compasivos; poeta, en fin, poeta en cuanto dice, piensa, sueña y suspira.
Pero su biografía no es todo, esto es lo accidental. Lo principal es su riqueza espiritual, su ternura, su fe, su talento y su inspiración que sostienen a lo largo de su vida a un poeta, al gran poeta que lleva dentro y que se exterioriza un día tras otro con admirable vocación.
Daniel Pineda Novo
La Poesía Popular Andaluza en el Siglo XX "Vida y Obra de D. Juan Rodríguez Mateo" (Coria del Río 1966) |
Unos derroteros más eruditos que los anteriores, eligió para ejercer su labor DANIEL PINEDA NOVO (1942),. Ha tocado diversos géneros y su obra presenta una multiplicidad de facetas que van desde los ensayos históricos de carácter local, la biografía, la poesía o los estudios sobre la canción folklórica, a una intensa actividad como conferenciante y pregonero de fiestas, tanto profanas como religiosas, así como diversos discursos, entre los que señalamos el dedicado a D. José Siles y Rubio, leído en su ingreso como Correspondiente de la Academia de Bellas Artes y Buenas Letras de Ecija. En sus obras de divulgación histórica o biográfica presenta, como dice uno de sus prologuistas, la virtud de ser conciso y concreto. Entre toda su producción destacan cuatro ensayos histórico-literarios <<Juan de Mallara>>, sobre la vida y obra de este humanista, historiador y poeta de la Sevilla del siglo XVI; <<La Sevilla de Bécquer>>, recorrido nostálgico por la ciudad que vio nacer al poeta de <<Las Rimas>>; y dos obras de estructuras semejante; <<Gelves entre la Historia y la Poesía>>, -en la que se glosan desde los amores de Fernando de Herrera por la condesa de Gelves, hasta el torero Joselito el Gallo inmortalizado por los poetas del 27, pasando por la obra de Fernán Caballero- y <<Dos Hermanas en la obra de Fernán Caballero>>, sin duda su mejor obra. Coria entre la invasión normanda y la época árabe
"Poeta de conmovida voz lírica", como le definió la recordada académica Carmen Conde, es investigador, ensayista y crítico literario. Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. En 1966, conoce al ilustre escritor y académico Don Santiago Montoto, que se convertiría en su orientador y maestro. A su tertulia de La Punta del Diamante asistió Pineda Novo, relacionándose con los más importantes escritores y poetas de la época. Pertenece a las Reales Academias de Sevilla, Córdoba y Málaga; a la Real Academia Alfonso X "El Sabio", de Murcia; a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, a la de "Vélez de Guevara", de Ecija, a la Real Academia Hispano-Americana de Cádiz y a las Internacionales de México, Palermo, Lisboa, República Dominicana y a la Academia Norteamericana de la Lengua Española, con sede en Nueva York. Ha sido galardonado en diversos certámenes poéticos y literarios en Sevilla, Madrid, Barcelona, Bilbao, Córdoba y Málaga. Es Premio Sánchez Bedoya, de poesía, de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y Premio de Investigación de la Real Academia de Medicina, de Sevilla, que en 1987, le nombró Académico Correspondiente. Habiendo obtenido, además, los Premios Nacionales Malagueña de Oro; Premio a la mejor Seguiriya, el Antonio Machado, del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla; el Premio de Ensayo "A. González Climent" por su libro Juana "La Macarrona" y el Baile en los Cafés Cantantes (Barcelona 1996), el Premio Nacional de Poesía "Rafael Alberti", en el Prat de Llobregat (Barcelona) en 1998; el Premio Extraordinario del "XXV Certámen de Poesía Federico García Lorca" (Barcelona 2006), el Premio Nacional de Letras Flamencas, en Madrid (2007) y el XXIX Premio de Poesía "Juan Ortiz del Barco", del "Círculo Artes y Oficios", de San Fernando (Cádiz) (2010); "Primer Premio Nacional de Ensayo Francisco Montero Galbache en su VII edición, de 2013", en Sevilla y Primero Premio del "XVII Certamen Nacional de Poesía" en la Feria del Olivo del Excmo. Ayuntamiento de Montoro (Códoba), en 2014.
Ha pronunciado numerosas conferencias, recitales y discursos por casi toda España. En septiembre de 2014, el Excmo. Ayuntamiento de Coria del Río, por unanimidad, le distinguió como "Coriano del Año", "por su brillante trayectoria como Escritor" de esta entidad tan sevillana. Pineda Novo, además, es un destacado especialista en el estudio de la familia Machado, habiendo publicado varios libros y artículos sobre este apasionante tema universal.
Daniel Pineda Novo es autor de 87 libros; de su obra poética podemos destacar: Amaneceres-Poemas y Cantares (1969); Del deseo a la nada (1972); Enigma Grave, con prólogo de José María Pemán (1973); Bajo la piel del amor, con una carta del Premio Nobel, Miguel Ángel Asturias (1979); Tierra y aire del Sur, con un prólogo del hispanista Jacques Issorel (1981); Surcos del Aljarafe, con prólogo del Profesor Jorge Urrutia (1983); Sonetos para un cuerpo (1991); con prólogo de M. Díez Crespo, Sonetos de amor (México 1994); Paloma en su pureza amanecida, (Poemas romanos) (1997). Poemas con nombre (Generaciones) (1998), con prólogo de Leopoldo de Luis; Esa cálida hondura (Retratos Flamencos) (1999). Sonetos para una diosa y su amante (2000); Letras del Viento (Cantes Flamencos) (2001). El último verano (Una historia de amor) (2001), Alma de Nueva York (2005), con prólogo del Doctor Odón Betanzos; Luz de Eternidad (Poemas) (2010) con prólogo de Francisco Garfias; Flor del Alba (2010) y De mi Barca a mi Ribera, con prólogo de Jacques Issorel (2012).
Entre sus Obras de investigación histórica y crítica literaria, tenemos:
Juan del Mal Lara, poeta historiador y humanista sevillano del siglo XVI (1968); Historia de la Villa de Coria del Río (1968); Antonio Machado y el Guadalquivir (1974); Tres cartas inéditas de Juan Ramón Jiménez (1975); Dos Hermanas en la Obra de Fernán Caballero (1970); La primera Antología de los poetas del Sur (1978); La Sevilla de Bécquer (1978); Historia de San Juan de Aznalfarache (1980); Escultura e imaginería sevillanas (1981) y La Villa de Palomares, entre El Aljarafe y La Ribera (1982), habiendo prologado y seleccionado también los libros de su maestro, Santiago Montoto: Parroquias de Sevilla (1981) y Biografía de Sevilla (1990), así como el de Luis Montoto: La calle de la Sierpes (1982), las Obras de Muñoz y Pabón (1991) y la Antología Poética "Entre el Gozo y la Pena", de Rafael de León (Sevilla 2004).
Su libro Las Folklóricas (1983), con prólogo de la ilustre académica Carmen Conde, ha sido todo un acontecimiento en el mundo de la canción y del espectáculo (2ª edición, Sevilla, 1990). Ha publicado también Sevilla de luz desnuda (1985); Centauros de La Marisma (1988), con prólogo de Gerardo Diego; Espartaco: Ensueño Torero (1989); Fernando Cepeda: Sentimiento del Aljarafe (1990); Cantes Flamencos (1991), Antonio Machado y Álvarez "Demófilo".- Vida y Obra del primer Flamencólogo Español (Madrid 1991); El Teatro de Comedias del Corral de la Montería del Alcázar de Sevilla (2002); La Semana Santa de Sevilla en la "Generación del 27" (2002); Silverio Franconetti. Noticias Inéditas (2000); Gelves entre la Historia y la Poesía (2ª Edición, 2005), Manuel de la Rosa (Pintor de las Flores) (2005), Antonio Ramírez -El baile gitano de Jerez- (2005) (Comentarios ABC ); El Otro Machado (2006), La Hermandad de la Vera-Cruz de Coria del Río "Su Historia y sus Vivencias" (2006), Gelves y "Fernán Caballero" (2007), Juan Ramón y El Ateneo de Sevilla (2008), Joselito "El Gallo". Tauromaquia Lírica (2009) (Comentario Diario de Sevilla), Antonio Machado y Núñez.- Naturalista y político (1815-1896) (2010). Voces de la Copla (Sevilla 2012), Rafael de León, un hombre de Copla (Edit. Almuzara, Córdoba 2012), Una Carta Inédita de Antonio Machado (Sevilla, 2013); Juanita Reina. Con la canción en los labios (Sevilla, Kronos, Editores, 2013) y Manuel Pavón Varela. Vida y Cante. (Excmo. Ayuntamiento de Dos Hermanas, Sevilla, 2014) y Flamencos. Documentos Para su Historia (Cáceres, 2016), además del intenso poemario Lo que aprendí del Amor (Delegación de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Dos Hermanas, 2017) (Comentario Prensa Digital).
Ha sido Profesor invitado en los "Cursos de Verano" de la Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial; en la Universidad de Murcia y en la Universidad de Perpiñan (Francia). Es miembro de Número de la Cátedra de Flamencología, de Jerez de la Frontera y Socio de Honor, del Aula de Cultura "La Venencia", de Santander (2009), habiendo participado también, en los Festivales Internacionales de Cine en Cuenca, Valladolid, Sevilla y Huelva, demostrando sus conocimientos sobre Cine y Literatura.
Es colaborador de las prestigiosas Revistas Archivo Hispalense y Cuadernos Hispanoamericanos; y el Excmo. Ayuntamiento de Gelves (Sevilla), por su intensa labor de investigación histórica, le ha dedicado una calle con su nombre en el municipio. También el Excmo. Ayuntamiento de Coria del Río, su pueblo natal, ha puesto su nombre a una moderna y hermosa Plaza, en Marzo de 2017.
Ha colaborado en Radio Nacional de España (1987-88), con el reconocido Programa: Con la Canción en los labios, que se emitió internacionalmente. En 1990 también colaboró en Canal Sur Radio, con el mismo Programa, que después mantuvo, con gran nivel de audiencia, durante cuatro años, en Radio CAMAS, Emisora Municipal.
Daniel Pineda está incluido en importantes Antologías Poéticas, y algunos de sus poemas han sido traducidos al francés, al italiano y al euskera.
Editoriales en prensa:
Hermano del popular pintor y dibujante, dibujante también él, realizó diversas incursiones en el terreno literario. Su obra más relevante es la titulada <<Romances del Sur>>, de raíces y lenguaje hondamente populares, sus poemas tratan con gran sencillez variados temas: el taurino, el hombre y el paisaje, el ambiente familiar, etc.; junto a una colección de cantares de acusada gracia y donaire, muchos de los cuales han pasado al acerbo popular.
JOSÉ FRANCO ALFARO (1919) inmerso desde muy joven en la literatura dramática por su participación muy activa en la A. Artística Coriana, su obra presenta dos vertientes: la primera, folklórica, centrada en las seguirillas -asumidas y cantadas inmediatamente por el pueblo en las fiestas, entre las que destacan <<Sevillanas del Aljarafe>>, <<Coplas de las promesas>> o <<Mayoral>> y una larga serie de composiciones ligeras sobre temas locales; las segunda, poco conocida, de carácter más culto, sigue una línea clara de depuración conceptual y estilística, que va desde las premiadas en la Fiesta de Exaltación del Guadalquivir, pasando por los dos premios de poesía Oripo, hasta el tríptico de sonetos con fuertes acentos de inquietudes metafísicas y existenciales, premiados en el Certamen de Poesía de la Asociación de Escritores Españoles.
Aunque no coriano de nacimiento, si de adopción y vocación, VICENTE NERIA SERRANO (Plasencia, 1884; Coria del Río 1962) desarrolló el magisterio en este pueblo durante largos años. Albañil en su juventud, lector incansable, consigue una beca para estudiar magisterio, como recompensa a su ya incipiente pero prometedora labor poética dada a conocer por un periódico extremeño. En sus libros de poesía -<<Rosas y Lirios>>, <<Arpegios>>, <<Flores de Ajenjo>>- destacan la intención didáctica, aunque expresada de modo indirecto, y su preocupación por los problemas de la infancia, junto a otros temas entroncados en la mas pura tradición extremeña, continuador en cierto modo, aunque con un estilo totalmente personal, de la obra de Gabriel y Galán.
Biografía incompleta del cantaor "Mazaco" por el profesor D. Juan Francisco Canterla. Entrevista: Antonio Santos "El Fuli"
En el triángulo del flamenco,auténtico solar donde éste se forjó, Manuel Ríos Ruiz apunta el enclave de Coria como uno de los centros neurálgicos del cante jondo.
Así los confirman la calidad de sus viejos cantaores y la organización de festejos y atrajeron a las figuras del momento a sus fiestas.